Los precios internacionales por el aumento de los commodities y de la energía están afectando las economías mundiales, magnificado por la guerra Ucrania-Rusia. Componentes internos de nuestro país como: la grieta política, carencia de divisas, condicionamientos del acuerdo con el FMI, alto gasto fiscal, emisión monetaria, inflación, altas tasas de interés generan un escenario de incertidumbre con vistas a la próxima campaña 2022/2023.
A días de comenzar la cosecha de maíz y de soja, y a poco de pensar en la siembra del trigo de la próxima campaña, los medidas del gobierno argentino, en generar un Fideicomiso Triguero (intervencionismo) al igual que el aumento de las retenciones en el aceite y harinas de soja con fines recaudatorios, no hacen más que generar obstáculos en la cadena productiva y oportunidades a nuestros competidores en el mundo de captar los mercados en donde somos competitivos aún con la elevada presión fiscal del sector.
Rusia es el mayor exportador de fertilizantes del mundo abastecimiento, sobre todo, hacia a Europa y Asia Central. También tiene un papel importante como proveedor de los países productores de materias primas agrícolas de América Latina. Amén de los incrementos de precios registrados en el año 2021, desde que comenzó el conflicto bélico, la urea aumentó 250 dólares por tonelada y los fosfatados 270 dólares, lo que tiene gran impacto en los márgenes productivos de la nueva campaña.
Ante este contexto global, que claramente promete un reajuste de precios, la Argentina está muy expuesto ya que importa el 60% de los fertilizantes que consume, de acuerdo a los datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Es decir, por sobre la totalidad de 5,7 millones que demandó la última campaña agrícola, desde el exterior llegaron 3,4 millones de toneladas.
Tal como comentamos en el boletín anterior, en el plano de los fitosanitarios, nuestra Cámara observa que durante esta guerra se ha incrementado la incertidumbre, afectando oferta y precios de estos insumos ya sea por causas energéticas, logísticas, disponibilidad de materias primas de productos y de envases. Los valores de los agroquímicos aumentaron considerablemente en el segundo semestre del 2021, ahora podrían mantenerse casi estables mientras dure el reabastecimiento (no mucho tiempo), pero la tendencia sería de aumento si se generan mayores complicaciones en la cadena de producción/distribución.
Desde CEDASAC instamos a tomar algunos recaudos y/o a visualizar nuevas oportunidades con vistas a la próxima campaña:
• Ajustar adecuadamente los volúmenes de compras y ventas, teniendo muy presentes las posiciones tomadas.
• Asegurar el abastecimiento con su proveedor en tiempo y forma.
• Equilibrar y balancear los valores de compra (stock más posición), y el valor nuevo de mercado a los fines de seguir posicionados en el mismo.
• Maximizar facturación cuenta y orden con las implicancias de logística y asistencia de productos desde el proveedor.
• Seguir exhaustivamente la información de oferta y demanda (mundial y local) y relaciones insumo-producto para no quedar posicionados con stocks “caros” y con posibles problemas financieros a posteriori.
• Tener en cuenta que pueden variar las superficies a sembrarse de los cultivos tanto por efectos climáticos como por medidas políticas, generarse ajustes de dosis también y de esta forma, puedan quedar remanente de productos.
• Estar muy en contacto con el cliente, siguiendo de cerca la evolución de la intención de siembra, barbechos y también con los comerciales y las áreas de despachos de los agro- insumos en estos momentos de contacto por la cosecha.
• Oportunidad de diseño de nuevas estrategias de ventas en función de las fortalezas de cada empresa.
Como siempre estamos junto a usted, y más aún, en tiempos difíciles. Sin duda con trabajo, información, tecnología, organización y con importante presencia en los lugares de discusión de nuestros temas, nos permitirá ayudar a las soluciones que en conjunto necesitamos.