A pocos días de conocerse la intención del Gobierno Nacional de implementar un sistema para el cobro de un porcentaje sobre el grano comercializado por productores, que funcionaría en la práctica como una percepción de las regalías que vienen reclamando los semilleros, no se hicieron esperar los reclamos por parte de las entidades gremiales del agro.
Opiniones de entidades
Coninagro a través de su cuenta oficial de Twitter reclamó a las autoridades nacionales por “una medida inconsulta e intento unilateral”. Sin embargo, el hilo de la red del pajarito aclara: “Apoyamos el desarrollo tecnológico y la innovación, que debe ser reconocida desde un proceso de mejora y mayor desarrollo de la cadena agroindustrial. En este contexto y sobre un tema que se debate desde hace más de 20 años estamos a disposición de las autoridades y del resto de los actores de la cadena para generar en conjunto una solución inclusiva y superadora.”
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) a través de un comunicado criticó la falta de consenso para un tema de vital importancia en el desarrollo de la actividad agrícola. Bajo el título “Pago de regalías por semilla de uso propio: Otro proyecto sobre un tema estratégico sin consenso alguno”, CRA le reclama al Gobierno Nacional que la implementación de la medida “sólo beneficiaría a una de las partes, los obtentores, que se garantizan el recupero más que de la inversión realizada, de los gastos de inscripción en el Registro de Cultivares una nueva variedad”.
Además, resaltó: “no sólo en lo económico la Argentina tiene un pensamiento circular. También en este tema de los derechos de obtentor se repiten las discusiones y las propuestas de soluciones de un tema muy delicado, porque la solución debe ser equilibrada entre las partes, obtentores, usuarios y Estado. Y el esquema propuesto de una tasa tecnológica sobre la venta de granos, más conocido como -Regalía Global- sólo beneficiaría a una de las partes, los obtentores, que se garantizan el recupero más que de la inversión realizada, de los gastos de inscripción en el Registro de Cultivares de una nueva variedad.”
En su momento, a mediados de la primera década de este siglo, luego de una negociación directa entre los originadores de eventos transgénicos y los usuarios, que no prosperó, esta idea del cobro de los derechos de la propiedad intelectual sobre los granos fue descartada de plano, no sólo por los usuarios sino también por otros eslabones de la cadena de producción de semilla fiscalizada.
El fundamento más importante que invalidó en aquellos años el debate sobre este tema y que cobra total vigencia en esta propuesta de implementar una “tasa tecnológica” sobre los granos para reconocer la propiedad intelectual en el fitomejoramiento, es su contradicción con dos de los tres valores protegidos en el artículo 1° de la Ley de Creaciones Fitogenéticas que “tiene por objeto promover una eficiente actividad de producción y comercialización de semillas, asegurar a los productores agrarios la identidad y calidad de la simiente que adquieren” pretendiendo cumplir solo uno de los objetos de la ley 20.247: “proteger la propiedad de las creaciones fitogenéticas”.
Cualquiera sea el camino que se tome para establecer una solución de largo plazo en el reconocimiento de la propiedad intelectual en el mejoramiento fitogenético, se deberá respetar dos acuerdos básicos consensuados por toda la cadena de producción, comercialización y uso de semilla:
- Los derechos de propiedad intelectual en el mejoramiento fitogenético deben ser debidamente reconocidos.
- El cobro de este reconocimiento se hará exclusivamente sobre la semilla.
Opinión de CEDASAC
Desde CEDASAC impulsamos los 2 principios antes mencionados. Estamos de acuerdo con la potenciación del mayor uso de nuevos materiales genéticos mediante valores de regalías lógicos y propiciando su uso desde el Estado a través de su aplicación en el impuesto a las Ganancias.
Por otro lado, vemos la actividad de multiplicación de semillas fundamentalmente como actividad agroindustrial. Nuestro proyecto al respecto apunta a aprovechar la capacidad instalada industrial de la red de distribuidores en la provincia de Córdoba para incrementar la producción y la multiplicación de semillas. Esto se logra con mayor integración, generando alianzas estratégicas agro-biotecnológicas donde articule el Estado y las empresas privadas, respetando el medio ambiente, con BPAs, con RSE y con la excelencia de proyección local e internacional.
La provincia de Córdoba tiene cualidades distintivas en el país y en el mundo por sus altos estándares de producción, de sustentabilidad, de economía circular, de políticas bioenergéticas y de respeto por el medio ambiente. Tiene su infraestructura en mejora constante, sus recursos humanos especializados y en capacitación constante, y la biotecnología para no desaprovecharlos. Debemos dar el paso de superar escalas actuales, con inclusión laboral de calidad, con generación de empleo genuino, con interacción con las Universidades, con cámaras empresarias del rubro como la nuestra y los organismos públicos-privados de la producción agropecuaria.
En ese contexto se debería propender y fomentar la industrialización de la semilla como el polo de crecimiento y del desarrollo de las comunidades del interior agro-productivo de Córdoba, generando el efecto multiplicador y estratégico de sus recursos.