De acuerdo con datos aportados por FERTILIZAR AC-CIAFA, el consumo de fertilizantes en el agro argentino cayó un 16% en 2022 respecto a 2021(*). Esto representa 924.766 toneladas menos, con una caída significativa en los nitrogenados (560.664 toneladas) y en los fosfatados (289.250 toneladas).
Las importaciones de nitrogenados disminuyeron en 1.015.544 toneladas y la de fosfatados en 410.526 toneladas durante el 2022. La necesidad parcial de nitrogenados fue provista por la producción local de Urea, no llegando a los valores de nitrogenados consumidos en 2021.
Desde el 2022, con efecto de la guerra en Ucrania (aumento de precios por conflicto en países productores), crisis energética, costo de fletes, falta de dólares oficiales para las importaciones y aspectos tributarios han puesto en evidencia el jaqueo al sistema de importación, comercialización y de reposición de nutrientes en la Argentina.
Consultando con miembros de la Comisión Directiva de CEDASAC, manifestaron que son pocos los proveedores de fertilizantes que hoy aceptan pesos o tarjetas como moneda de pago. La financiación en pesos no existe y los plazos son demasiado cortos para cancelar operaciones por estos insumos.
La comercialización pasa mas por los canjes en granos como moneda de cobro, con ofrecimiento de volúmenes limitados de producto con la condición de pago en canje por granos, tanto disponible como forward.
La demanda de fertilizantes, además de ser baja en términos históricos en la mayor parte de las zonas con niveles adecuados u óptimos de humedad, es virtualmente nula en las regiones que siguen esperando lluvias para recomponerse de la sequía.
En el ámbito internacional los precios de la urea granulada comenzaron a incrementarse, lo que llevó a desalentar cualquier intención de importación, ya de por sí limitada por la dificultad para conseguir divisas al tipo de cambio oficial.
Argentina no muestra tampoco actividad de importación de fosfatados, ya que depende más del acceso a los dólares que de las decisiones comerciales. Localmente se profundiza la falta de oferta de fosfatados con entrega junio/julio. El mercado local está pasando por un momento complicado. Los proveedores, ante la poca previsibilidad para importar, han llegado al límite de acumulación en pesos, con lo cual sólo toman negocios por canje por granos o pagos diferidos en especie.
Todo parece indicar que estaremos ante otra campaña más con caída en el consumo de fertilizantes.
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