Desde CEDASAC consideramos oportuno abordar el escenario al que se enfrentan las empresas agropecuarias argentinas en la campaña 2020-2021 y entender qué analizan antes de tomar sus correspondientes decisiones.
Para ello, sintetizaremos medidas y opiniones que se fueron comunicando en las últimas semanas por distintos medios oficiales y de comunicación.
El informe de los Consultores Zorraquín + Meneses de abril 2020 anticipó:
“Se piensa hacia delante en esquemas defensivos, con superficies similares a alquilar, respetando la rotación de cultivos y la proporción de actividades sin proyectar por el momento bajar tecnología. Se anticipan compras de insumos, se paralizan inversiones postergables y se disminuyen o anulan proyectos expansionistas. Se cosecha con rindes dispares y no homogéneos en las distintas zonas, aumentando el porcentaje de embolsado en campo. Se espera una devaluación o una mayor brecha entre dólares (la duda es cuándo y de cuánto), y hay dudas sobre en qué activo posicionarse en el mientras tanto para proteger la liquidez necesaria para la campaña. Mucha conciencia sobre que no se pueden cubrir todos los riesgos así que se va eligiendo cual”.
En relación a las estrategias de financiación
Algunas alternativas de financiamiento que están presentes en el mercado son:
• Créditos al 24% anual en pesos para empresas que disponen la calificación.
• Promociones con tarjetas agro con 120 días sin tasa o con tasas anual del 35%.
• Descuento de cheques al 25-30%.
• Compra de insumos con canje o con financiamiento del 22% al 30% en pesos (al valor actual del insumo en dólares se le agrega esta tasa, se pesifica al tipo de cambio actual y se entrega el cheque).
• Gran aumento de las operaciones con entrega de cheque diferido pero electrónico.
• Empresas semilleras con ventas “pre campaña” agresivas.
• SGR activas respaldando créditos comerciales.
En un artículo del 15 de mayo de La Nación, se informa que mediante una resolución, el BCRA dispuso que las entidades financieras no podrán financiar a personas humanas o jurídicas “con actividad agrícola que mantengan un acopio de su producción de trigo y/o soja por un valor superior al 5% de su capacidad de cosecha anual” y se decidió cortarles el acceso al financiamiento de los créditos lanzados al 24% para hacer frente a la actual situación del país en medio del coronavirus a quienes no cumplan con tal resolución.
Con respecto a dicha medida:
• Ariel Tejera, de Grassi SA, remarcó:
“El BCRA había beneficiado a los bancos con disminuciones en exigencias de encaje, proporcionales a las financiaciones que otorgaran con tasas de hasta el 24%. La nueva medida apuntaría a restringir el acceso de los productores a estas líneas de financiación en un intento de sumar presiones para impulsar las ventas de granos”.
• Eugenio Irazuegui, de la corredora Zeni, explicó:
“Tanto los productores como las empresas agrícolas van a tener un acceso al crédito más limitado y caro”. Remarcó que “se ha comercializado (en el total) más volumen de trigo y de soja que otros años. En el primer caso con el 93% de la producción vendida, mientras que en el caso de la soja alcanza el 43% cuando aún no finalizó la trilla a nivel país”.
• Juan Garzón, economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, fue crítico:
“El gobierno empuja a las empresas agropecuarias a desprenderse de activos que mejor defienden su valor en contextos inflacionarios (granos) pero no le ofrece a cambio ninguna opción de reemplazo atractiva”. Luego agregó: “La misma política debería aplicar entonces a miles de empresas comerciales, industriales o de cualquier rubro que actualmente tienen invertido parte de su capital en bienes de cambio, y que intentan, al igual que lo hace el agro, preservar el capital en un contexto de enorme emisión monetaria”.
El informe de Zorraquín + Meneses de mayo 2020 además menciona:
“El gobierno y su laberinto económico ponen de manifiesto esta dualidad en la Resolución del BCRA que prohíbe el financiamiento con créditos subsidiados a productores que no tengan el 95 % de la venta de trigo y soja realizada. Tiene lógica pensar en que esos créditos sean para los que no tienen otra alternativa, pero en realidad refleja el hecho de que a una restricción le surge una respuesta y a la misma le aparecerá́ una nueva restricción. Desde el sector se piensa que existe una Incoherencia hacia lo productivo en las medidas y resoluciones que no lo estimulen, ante un país que requiere producir y generar divisas en forma urgente (se escucha decir “no saben, no entienden, no se dan cuenta”). Por el otro lado la resolución mencionada muestra coherencia política del gobierno y el deseo permanente de participar o manejar la “caja agropecuaria” (retenciones, desdoblamiento cambiario, proyecto de JNG, Mercosur, etc.). Debemos entender que el gobierno mantiene un matrimonio por conveniencia con el sector. El error sería creer que es incoherente.”
Por otra parte, la pesificación de contratos
Hace pocos días surgió́ que los exportadores están exigiendo la pesificación de los contratos fijados en dólares. Todo lo vendido con precio debería pesificarse. Una noticia que complica el manejo financiero del productor y la defensa de valor de su producción. Esta decisión sumada a la resolución del BCRA busca pesificar la producción agropecuaria lo antes posible.
Luego de esta enumeración de puntos clave, desde CEDASAC, vemos sin dudas que el desdoblamiento cambiario y la brecha Dólar Divisa vs CCL, MEP y Blue, sumado a las retenciones, están impactando fuertemente en el valor de la producción y en la toma de decisiones de las inversiones en el sector agropecuario. Y ante escenarios inciertos de precios afectados también por la pandemia internacional, los productores agropecuarios prefieren refugiarse en dólares en producto hasta ver la evolución de la economía. Esto inevitablemente acarreará enlentecimiento en la comercialización y diferimientos en la toma de decisiones hasta el momento de la siembra.
La reingeniería comercial y las estrategias, el marketing, la innovación y la creatividad deberán ser puestas de manifiesto nuevamente para ser sustentables y competitivos en un contexto poco favorable y con vistas a la campaña 2020/2021.